Esta semana, el domingo 20 tuvimos una prueba más de cómo realmente los caminos no son rectos, no son una línea que va desde lo que uno desea hasta lo que obtiene, sino que hay muchas vueltas, recovecos misteriosos e inesperados, que finalmente llevan a otro destino, distinto, mejor, más apropiado.
Empezamos el día a las 5 de la mañana, dispuestos a recorrer unos 400 km lo más frescos posibles. A eso de las 10, luego de muchos tramos a velocidades dignas de una tortuga renga, aún nos faltaban unas dos horas. Si bien aún nos quedaba medio tanque de diésel, por precaución decidimos llenarlo, pasamos dos gasolineras, que no nos gustaron porque no vendían café, y paramos en la tercera, donde ¡SI HABIA CAFE!
No esperabamos nada de lo que pasò a continuaciòn:
Pedí que llenen el tanque con diésel, y aclaré, sabiendo que en cada lugar cada palabra en el supuesto mismo idioma español significa algo distinto: ”llénelo con gasoil, este vehículo es Gasolero”. ¿Y qué obtuve? Un tanque lleno de gasolina (nafta) !!!
Afortunadamente nos dimos cuenta, y no lo arrancamos, lo que hubiera sido un desastre para el motor
Tratamos de tomarlo con calma y buscar solución.
Pedimos ayuda, y un señor se ofreció a llamar a un mecánico conocido, y a remolcarnos con su camioneta hasta el taller.
Allí conocimos a Paul y su familia, mujer e hija de tres años.
Ellos están construyendo su casa y su taller, gente joven y con entusiasmo, pese a ser domingo nos recibieron con una sonrisa y nos ofrecieron todo tipo de ayuda. Empezaron con una gaseosa, y luego un cafè, y todo el dia nos sentimos bienvenidos y parte de su familia.
Hay pocas palabras para expresar la gratitud ante tanta amabilidad y hospitalidad.
Paul, un excelente mecánico, fue sumamente prolijo en la limpieza del tanque, además encontró una falla grave en el ventilador que ponía en riesgo al motor y la reparó.
También reemplazó una pieza para corregir la entrada correcta de los cambios de marcha, puso pernos que faltaban por varios lados, y hasta hizo una puesta a punto y afinación!
En fin: se ocupó a lo largo de todo el domingo de nuestra seguridad sin importar que se fuera el día entero. Y todo esto con un calor tremendo y bajo un sol cruel que no daba descanso!
También se hizo tiempo para solucionar un problema con el panel solar, algo que llevábamos días sin poder arreglar!
Patty hizo de abuela todo el día, y jugó, pintó y cantó con su hermosa niña todo el tiempo.
Con la madre tuvieron largas charlas y coordinaron para brindar algunos talleres para mujeres cuando pasemos por allí a la vuelta dentro de unos meses.
Cocinamos y almorzamos juntos, hasta compartimos con un sobrino y el papá de Paul.
Toda la tarde trabajamos en la Van, y a la noche cenamos juntos.
Al llegar la noche decidimos quedarnos a dormir en la Van, dentro del taller, asi podiamos continuar un rato màs la conversaciòn .
Fue un día en familia, de compartir anécdotas de vida y aprender de mecánica, de hablar de corazón a corazón, de disfrutar de la compañía de hermosas personas.
Mas tarder, cuando la enviaron a la cama, la niña rompió en llanto , preocupada porque mañana nos íbamos. No podíamos calmarla. Quería que “la señito” se quedase. Ellas habían establecido una hermosa conexión.
Al acostarnos aún sentíamos la calidez de lo compartido.